Semana Santa de Braga
©Semana Santa Braga. Todos los derechos reservados.

En la Catedral

A las principales ceremonias que se celebran en la Catedral de Braga, durante la Cuaresma y la Semana Santa de Braga. 

 

Plenas de significado y tradición y, muchas veces, conmovedoras y de una belleza extraordinaria, algunas de estas ceremonias son únicas en el mundo. 

 

 

  • Misa e Imposición de las Cenizas

    Miércoles de Ceniza, 21h30

    Coincide con el día siguiente al martes de Carnaval y es el primero de los 40 días (Cuaresma) entre el martes y el viernes Santa, anterior al domingo de Pascua. Las cenizas utilizadas en este ritual provienen de la quema de las ramas bendecidas en el Domingo de Ramos del año anterior. A estas cenizas se mezcla agua benta. De acuerdo con la tradición, el celebrante de esta ceremonia utiliza esas cenizas húmedas para señalar una cruz en la frente de cada fiel, pronunciando la frase «Acuérdate que eres polvo y que al polvo volverás» o la frase «Convertíos y creed en evangelio».

  • Misa del Domingo de Ramos

    Domingo de Ramos, 11hg30

    Las lecturas de esta Misa, sobre todo la narración de la Pasión según S. Marcos, expone ante la asamblea la escena de los acontecimientos dolorosos de Jesús que se conmemorarán a lo largo de la Semana Santa. Invitados a seguir sus pasos, los cristianos saben que “Si sufrimos con Él, también seremos glorificados con Él” (Rom. 8,17).

     

    Antes, tem lugar a cerimónia, única no mundo (Rito Bracarense), à porta da Catedral, que simboliza e representa a entrada triunfal de Jesus em Jerusalém.

  • Misa Crismal y Bendición de los Santos Oleos

    Jueves Santo, 10h00

    En este día la Iglesia recuerda el inicio de la Pasión de su Señor, conmemorando especialmente los siguientes acontecimientos: Institución del sacerdocio; institución de la Eucaristía; agonía de Jesus y su juicio. En este día, además, se hace memoria de la antigua tradición de las «endoenças» (indulgencias o perdones concedidos a los pecadores públicos)

    Conmemorando la institución del sacerdocio, el Arzobispo, acompañado de todo el clero de la Archidiócesis y con este, como presbiterio participante de su pleno sacerdocio, concelebra la Eucaristía. Durante la celebración, consagra los Santos Oleos, que serán llevados por los presbíteros para sus parroquias a fin de servir para ungir a los bautizados y los enfermos.

  • Lavapiés y Misa de la Cena del Señor

    Jueves Santo, 16h00

    Antes de la Misa de la Cena del Señor, el Arzobispo que preside lava los pies a doce personas que representas los doce Apóstoles. Así se conmemora lo que hizo Jesus y se recuerda su lección: «Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesus que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amo hasta el extremo….Se levantó de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñó…Después de lavarles los pies les dijo: Entendéis lo que hice con vosotros? Vosotros me llamáis Maestro y Señor y decís bien porque yo soy. Pues si yo, El Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros. (Juan 13, 1-15).

     

    Terminado este rito, continúa la Misa de la Cena del Señor. Es una celebración dominada por el sentimiento del amor de Cristo que, la víspera de su Pasión, mientras comía la Cena con los discípulos, instituyó el Sacrificio –Sacramento de Eucaristía, como memorial de su Muerte y Resurrección a celebrar, para recordar en el transcurso de los tiempos: «Durante la cena, tomo el pan diciendo: Tomad y comer. Este es mi cuerpo, que por vosotros será entregado. Del mismo modo, tomó la copa y, dando gracias, dijo a sus discípulos: Tomad y bebed. Esta es la copa de mi sangre, la sangre de la nueva y eterna Alianza, que será derramada por vosotros y por todos para remisión de los pecados. Haced esto en memoria de mi» (Lc. 22, 19-20).

     

    En el momento adecuado, el Presidente de la celebración hace la homilía correspondiente, con especial insistencia en la lección del lava pies y en el «mandamiento nuevo» dejando a Jesus como testamento espiritual para sus discípulos (Sermón del Mandato). «Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros ….. En esto todos reconocerán que sois mis discípulos: si os amáis unos a otros como yo os he amado (J. 13, 34-35).

     

    Terminada la misa, la asamblea canta la hora de Víspera, mientras que el Cristo vivo presente en la Hostia consagrada es dirigido en procesión por las naves de la Catedral para un lugar de adoración (representando el Huerto de los Olivos), en donde permanecerá hasta ser retirado, también en procesión, al día siguiente para el sepulcro. Los fieles son invitados a velar con Él, en la hora de su Pasión. En señal de luto, el altar es desnudado.

     

    Durante la tarde, los fieles son invitados a visitar las siete iglesias, que representan las Siete Estaciones de Roma – Catedral, Misericordia, Santa Cruz, Terceiros, Salvador, Penha y Conceição / Mons. Airosa.

     

    Al mismo tiempo, un numeroso grupo de farricocos, recorren el centro de la ciudad, con sus ruidosas matracas. En el origen pagano, eran un grupo de enmascarados que recorrían las calles, anunciando el paso de los condenados y relatando sus crímenes. Una vez “cristianizados”, según los tiempos antiguos, conforme a la mentalidad de entonces, recorrían las calles llamando a los pecadores públicos para su reintegración en la iglesia, una vez arrepentidos y perdonados. Era la forma que tenían de entender la misericordia hacia los pecadores, a los cuales se les aplicaba la indulgencia. Actualmente, se le atribuye un significado residual, de llamamiento a los Hermanos de la Misericordia para la procesión de la noche. El uso de las ruidosas “matracas” fue instituido en años remotos para sustituir el sonido de las campanas, que en los días mayores de la Semana Santa, estaban en silencio.

  • Celebración de la Muerte del Señor

    Viernes Santo, 15h00

    A la misma hora que Cristo murió, los cristianos celebran el misterio de Muerte redentora. No hay Misa, en memoria, pero sí conmemoración directa, integrando la secuencia de los siguientes actos:

     

    1ª Parte
    Liturgia da Palabra
    Lecturas alusivas al sacrificio de Cristo, intercaladas con cánticos de salmos, y narración de la Pasión de Jesus según S. João. El Obispo que preside marca la homilía, tradicionalmente conocida como Sermón del Entierro.

     

    2ª Parte
    Oración universal
    Secuencia de oraciones por las necesidades de la Iglesias y del mundo.

     

    3ª Parte
    Adoración de la Cruz
    Después de ser llevada cubierta al Obispo Presidente, este ofrece al Pueblo la progresiva descubierta de su misterio «He aquí el madero de la Cruz» al mismo tiempo que invita a la adoración: «venid, adoremos» y todo el pueblo desfila, acercándose para besar y adorar lo que fue el precio de su redención.

     

    4ª Parte
    Comunión eucarística
    Comulgando el Cuerpo de Cristo, los fieles recuerdan las palabras de S. Pablo: «Siempre que comiereis este pan…la muerte del Señor anunciáis, hasta que Él venga» (1ª cor. 11,26).

    A continuación el canto de Vísperas. Y después la Procissão Teofórica do Enterro. Costumbre traída de Jerusalén por el convento de Vilar de Frades, en el siglo XV o XVI, de ahí paso a muchas catedrales. Abolido en el siglo XVII, se mantuvo en la Catedral bracarense. En esta impresionante procesión, el Santísimo Sacramento, encerrado en un féretro cubierto de un manto negro, es llevado por las naves de la Catedral – De ahí el nombre de procesión teofórica (que transporta a Dios) – y depositado en el lugar correspondiente para la adoración de los fieles. Los acompañantes cubren el rostro en señal de luto. Dos niños o dos señoras, alternando con responsorios del coro, cantan en latín y en tono de lamento: «Heu! Heu! Domine! Heu! Heu! Salvator noster!» (Ay! Ay! Mi Señor! Ay! Ay! Salvador nuestro!).

  • Vigilia Pascual y Procesión de la Resurrección

    Sábado Santo, 21h00

    Para la Vigilia Pascual convergen todas las celebraciones de Semana Santa y mismo de todo el Año Litúrgico. Recordando la gran noche de vigilia del pueblo hebreo en Egipto, esperando la hora de la liberación (ex. 12), en ella celebran los cristianos su propia redención por el misterio de la Resurrección de Cristo. Por ella se realiza la Gran Pascua o el Paso de muerte a vida o del estado de perdición para el estado de salvación. Es la victoria final de Dios, en Cristo, sobre el pecado, el mal y la propia muerte. En el plano espiritual, los cristianos se apropian de la gracia de este paso por el Bautismo. Por eso, la liturgia bautismal tiene aquí un papel importante.

    La Vigilia Pascual – llamada por San Agostinho «La madre de todas las Vigilias» – es una solemnísima celebración, muy rica en simbolismo global y de símbolos particulares: las tinieblas, la luz, el agua, el cirio pascual, el color alegre de las vestiduras, la explosión de luz y sonido.

     

    Integra cuatro partes y concluye con la Procesión de Resurrección.

     

    1ª Parte
    Liturgia de la Luz
    Con Cristo resucitado, la Luz brilló en las tinieblas. El cirio pascual, que lo simboliza, es bendecido, llevado en procesión y colocado delante de la asamblea. Los participantes son invitados a tener en las manos velas encendidas, imitando aquellos siervos de los que habla el evangelio (Lc 12, 35-37) , los cuales esperan, vigilantes, a su Señor que los sentará a su mesa. Esta parte termina con el canto de la Proclamación (pregón), anunciando solemnemente la victoria de Cristo.

     

    2ª Parte
    Liturgia de la Palabra
    Se narran los hechos maravillosos de Dios en la historia de la salvación, desde la Creación del mundo hasta la gran «Nueva Creación» por la resurrección de Cristo, inicio y primicia de un mundo nuevo. Las lecturas son intercaladas por aclamaciones, la última de las cuales es el canto del Aleluya pascual. Al cantico de Gloria, la Catedral oscurecida se vuelve, de repente, una explosión de luz.

     

    3ª Parte
    Liturgia Bautismal
    Se invocan a los santos, con el canto de Letanía. SE bendice el agua del Bautismo, que es llevada en procesión. Se rocía al pueblo. Se renuevan las promesas del Bautismo. Si hay Bautizados, se les ministra el Sacramento.

     

     

    4ª Parte
    Liturgia Eucarística
    Celebración festiva de la primera Misa de Pascua. El final de la Misa, el Santísimo Sacramento, que estuvo encerrado en una urna con un manto negro, es custodiado y llevado al altar mayor. Se organiza la Procesión de la Resurrección, propia del Rito Bracarense, por las naves de la Catedral. De nuevo en el altar mayor, Cristo vivo en la Hostia blanca bendice a todos los fieles, que de él se despiden oyendo y cantando el Regina Coeli, laetare (Reina de los Cielos, alegraos) a modo de felicitaciones, la que era Señora de los Dolores se transforma en Señora de Alegría.

  • Misa Solemne de Domingo de Pascua

    Domingo de Pascua, 11h30

    Todo el Domingo es un día pascual, porque simboliza y evoca, en el ritmo cristiano de las semanas, el primer día del mundo nuevo inaugurado con la Resurrección de Cristo. El Domingo de Pascua es en este sentido, el paradigma de todos los domingos. Por eso proclama la Liturgia: “Este es el día que el Señor hizo! Exaltemos y cantemos de alegría!” por eso también en él, la iglesia celebra con especial solemnidad la Eucaristía, memorial que recuerda aquel misterio.